El Pace Car de la IndyCar tuvo que recargar combustible en plena carrera

Producto de nada menos que ocho banderas amarillas, este Civic Type R, debió solicitar ayuda improvisada para seguir haciendo su trabajo en la pista.

La última jornada de IndyCar en Laguna Seca fue caótica como pocas veces hemos visto. Ocho banderas amarillas fueron desplegadas, buena parte de ellas por accidentes en la curva 11 del circuito, antes incluso de que los coches cruzaran la línea de salida para relanzarse. Un día de duro trabajo para el Honda Civic Type R que ejerce como coche oficial. Demasiado duro, podría decirse.

Sí, no es ninguna broma: estás viendo un auto de seguridad repostando gracias a un bidón en plena carrera. Después de tantas vueltas en pelotón, parece que el Civic se vio a punto de agotar su depósito, tanto como para necesitar una carga improvisada.

A pesar de que su motor turbo de cuatro cilindros lo vuelve un deportivo accesible, el Civic Type R sigue teniendo un depósito de combustible de 47 litros. Sumado a esto que, guía en ocho ocasiones a la fila de monoplazas de IndyCar por un circuito tan técnico, es complicado que se acerque a sus consumos combinados oficiales de 8,2 l/100 km. Y es posible que, de repente, no parezca tan preparado para este particular trabajo. Por suerte que alguien tenía por ahí cerca un bidón de combustible compatible para que pueda completar la carrera.

Metiéndonos ya en el IndyCar en si mismo, en esta carrera plagada de banderas amarillas ,Scott Dixon logró la victoria incluso después de ser penalizado por la colisión que causó en la vuelta 1. Dixon optó por una estrategia de parada temprana, compensando la penalización junto a otra sanción anterior a la carrera por cambio de motor, consiguiendo su tercera victoria de la temporada. Triunfos todos ellos, hay que decirlo, caracterizados por una estrategia de paradas perfecta, lo que ha llevado al hexacampeón al subcampeonato final.

Fuente y fotos Car and Driver