El clásico de los jueves
- Dario
- 25 mar 2021
- 2 Min. de lectura
En esta sección hoy presentamos uno de los pequeños picantes de Fiat: 128 IAVA TV 1100

TV significa Turismo Veloz y son las siglas distintivas que eligió IAVA -una empresa independiente ligada a Fiat- para denominar a esta versión más deportiva de Fiat 128.
Salió a la venta a mediados de marzo de 1972 y se comercializo por medio de la red de concesionarios Fiat. Se planeaban construir alrededor de 500 unidades anuales y el precio de las mismas seria de un 20% superior al del Fiat 128 común.

Las rayas negras en el capot, el filete negro al costado y las llantas especiales distinguían exteriormente al Fiat 128 TV

Con 1.100 cm3 ofrecía 71 HP a 7.000 vueltas, casi 170 km/h de velocidad máxima, frenando y doblando muy bien, fue un auto con grandes prestaciones deportivas.
Sentándose al volante y manejándolo por primera vez, lo que más impresionaba era el inmenso régimen de vueltas que se conseguía. Al principio más o menos tímidamente, luego ya más seguros y finalmente pisando a fondo y sintiendo una verdadera sensación de auto de carrera. En cuanto a suspensión, se tiraba para atrás al acelerar a fondo, ante el menor desnivel las ruedas chillaban y todo el comportamiento general del auto ya se diferenciaba del de un 128 normal.

La caja de dirección era más directa y por lo tanto mucho más sensible y desde la posición de manejo todo dejaba en claro la inspiración del IAVA 128. Un tablero con todos los relojes, un cuentavueltas que recién empieza a marcar a las 3.000 vueltas y cuya lectura llega a las 10.000 revoluciones, una palanca de cambios con forma de empuñadura de bastón de golf, una butaca comodísima para el conductor y un volante diferente, de metal calado.

La butaca del conductor contaba con una novedad excelente. El respaldo del asiento era inflable en la zona donde apoyan los riñones y mediante el uso de una práctica valvulita que había detrás de la butaca, cada uno podía acomodar el asiento a su propia anatomía. Esto era muy cómodo y más aún para el caso de viajes a buena velocidad sostenida. El único inconveniente de la butaca era que resultaba algo ancha y la palanca de cambios chocaba contra el asiento al poner segunda.
En cuanto a la caja de cambios era un poco mejor el comando de la palanca, no tan "flan" como la del 128 común, donde a veces costaba encontrar la segunda si uno bajaba rápido de tercera.

Discutido el formato del volante. A algunos les gustó, a otros no. El tablero no era una maravilla como diseño pero sí era completo, que es lo importante.


Muy agradable también el sonido del escape, que no era molesto ni estridente pero otorgaba la sensación de presencia de las muchas vueltas.
Pero no cabe duda que lo más impactante de todo es la performance del motor, interminable cada vez que se tiraba un cambio a fondo y que transmitió como muy pocos autos una verdadera sensación deportiva.

Fuente y fotos: Test del Ayer
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